miércoles, julio 09, 2008

Fragmentos del 1421 al 1440

Ayer, en un cocktail, estuve entretenido con un gran cardiólogo, antiguo profesor de la facultad de medicina, aunque se hubiera dicho un notario de provincias o un tendero parisino. Se sorprendía por todo lo que le contaba; me dejó la impresión de que lo ignoraba todo acerca de la vida. ¡Sin embargo, la de enfermedades angustiosas y desesperadas que habrá podido atender! Y puede que lo haya hecho, pero desde luego no ha reflexionado en ningún momento sobre su dramatismo. Todo esto es banal y espantoso.

1421 (Pág. 172 – 7)

X. acaba de ser golpeado por un éxito del que no se recuperará nunca.

1422 (Pág. 172 – 8)

Tres horas en la sala de espera de una clínica. ¿Qué es lo que empuja a venir a todos estos hombres y mujeres a este palacio-matadero? El miedo a la muerte. Me he quedado con las ganas de decirle a una vieja estrafalaria que, a su edad, no le favorecía nada lo de tener miedo a morir.

1423 (Pág. 172 – 9)

Cuando estás sumido en la inquietud lo mejor es mezclarse con la muchedumbre, observar sus rostros, hacer sobre ellos conjeturas indiferentes o descabelladas, ganar tiempo sobre lo que realmente te importa.

1424 (Pág. 173 – 1)

9 de julio de 1963.
Todo el mundo me plantea la misma cuestión: “¿Cuando se marcha Vd.?”. No se qué responder, porque soy incapaz de tomar una decisión que vaya más allá del día de mañana. Vean a dónde me ha conducido la sensación demasiado diáfana de mi precariedad y de todo lo relacionado.

1425 (Pág. 173 – 2)

Debo escribir un texto sobre “Tolstoi y la obsesión de la muerte”. Pero no tengo necesidad del drama de otros, con el mío me sobra.

1426 (Pág. 173 – 3)

Sentimos con respecto a todo hombre más conocido, mucho más conocido que nosotros, una mezcla de envidia y conmiseración. Sabemos que, al mismo tiempo que ha obtenido lo que nosotros deseamos, está perdido..., precisamente gracias a su éxito. Y cuando más conocido, menos ha preservado su soledad, menos le pertenece. Salvo que se haya sido fiel al propio ser –y eso no se logra más que con el aislamiento y el anonimato- no se concibe no sólo el orgullo, sino cualquier cosa más elevada, que nos permita contemplar con piedad a cualquiera que se haya hecho merecedor de la aprobación de los hombres.

1427 (Pág. 173 – 4)

Noche espantosa. Siento, desde hace treinta años y cada vez que cambia el tiempo, un hormigueo en las piernas..., aunque sería mejor decir todos los días. Yo he nacido para una vída relajada, y no para este interminable martirio.

1428 (Pág. 173 – 5)

En la Roma declinante no se apreciaba más que una cosa: el reposo griego, otium graecum, que anteriormente tanto habían despreciado.

1429 (Pág. 173 – 6)

La mayoría de las veces para consolar a quienes están de luto se invocan lugares comunes: todo el mundo muere, tanto los pequeños como los grandes, los grandes imperios igual que el resto..., porque, como se ha hecho notar, fuera de esas banalidades no hay nada que sirva de consuelo.

1430 (Pág. 173 – 7)

Toda afirmación supone un grado de instinto que no siempre se tiene, que algunos incluso no tienen nunca.
14 de julio de 1963.

1431 (Pág. 173 – 8)

El miedo al hastío me paraliza y compromete mis proyectos y mis actividades. Es una auténtica enfermedad que no sé cómo curar y que me humilla y me degrada ante mis propios ojos. Con más de cincuenta años y estar todavía así...

1432 (Pág. 174 – 1)

Estos americanos, decididamente, nunca entenderán nada de la desolación que oculta toda vida, y del respeto con que hay que distanciarse de la propia. Como yo respondia con un tono cansino a uno que me invitaba a ir a América: It is too late, él se sobresaltó: Never too late. Su respuesta fué una reflexión. Además, ¿cuánta gente comprende que para todo siempre es demasiado tarde? Todo es siempre demasiado tarde, debería formar parte de mi blasón.

1433 (Pág. 174 – 2)

En un libro sólo me gusta por lo turbio, por el veneno que vierte en mí.

1434 (Pág. 174 – 3)

Todos los que siguen el sentido de la vida poseen una capacidad infinita para el olvido; del mismo modo aquellos que no pueden olvidar, los ansiosos, los elegíacos, se deslizan forzosamente del lado de la muerte.

1435 (Pág. 174 – 4)

“Who has not found the heaven below
Will fail of it above”
(E. Dickinson)

[“Quien no ha encontrado el cielo aquí abajo
no lo encontrará allá en lo alto”]

[Poema 1544 de E. Dickinson, Escarmouches]

El cielo es la recompensa de los que ya lo encontraron aquí abajo.

1436 (Pág. 174 – 5)

Sueño con un sistema filosófico formulado a base de atajos a lo Emily Dickinson.

1437 (Pág. 174 – 6)

No tengo nada que enseñar, soy el anti-especialista por excelencia.

1438 (Pág. 174 – 7)

X, octogenario, me habla de su muerte como de un suceso lejano y de todo punto improbable. Cuando se alcanza una edad tan avanzada, se tiene la costumbre de la vida.

1439 (Pág. 174 – 8)

Mi asco ante la humanidad me impide razonar. Es una exasperación perpetua. No puedo soportar la proximidad del hombre.

1440 (Pág. 174 – 9)

5 comentarios:

Ana dijo...

Tengo la impresión de que la traducción de esas dos líneas de Emily Dickinson, en el aforismo 1435 no es correcta. Diría que es correcto lo contrario: Quien no ha encontrado el cielo aquí abajo
fallará en ello allá arriba
(o fracasará en ello allá arriba)
La residencia de Dios está junto a la mía
su amoblamiento es el amor.
(o su mobiliario es el amor)

Así es completa:
"Who has not found the heaven below.
Will fail it above
God´s redidence is next to mine,
His furniture is love"

Tiene más sentido con el comentario de Cioran
Un beso

Ana dijo...

¿No has considerado el posible error que te comenté en la traducción de Dickinson, Jorgewic? Mi hijo coincide conmigo, él está estudiando Inglés en la Universidad.
También me resulta difícil entender el 1405, lo de "que nos las vemos y deseamos para poder dormir".
Con la salvedad de que no entenderlo bien puede deberse a causas propias, también puede ser que hayas usado una expresión muy española y menos neutra, que nos la hace difícil a los hablantes de otras variantes del castellano.
No podría juzgar la traducción, mi francés es muy elemental.
Un beso

Ana dijo...

Estoy insoportablemente hinchapelotas con la cita de Dickinson. Ahora pienso que probablemente se te olvidó tipear el "no" antes de "lo encontrará", porque no creo que pudieras traducirlo mal.
Ojalá estés en felices vacaciones,viajando por allí o por allá.
Que no sólo la paella trae un poco de felicidad, y además, hasta podrías estar comiéndote una!!! Ahhh, cierta envidia, para qué negarlo... Habrá que usar la receta.

Ana dijo...

Veo ahora que, en realidad, el poema 1544 de Emily Dickinson es éste, completo:

Who has not found the Heaven--below--
Will fail it above--
For Angels rent the House next ours,
Wherever we remove--

Quien no a encontrado el cielo aquí abajo
No lo encontrará en lo alto
porque los Ángeles alquilan la morada próxima a la nuestra
dondequiera nos mudemos

Supongo que esta traducción es bastante aproximada.
Pero la otra versión, o el otro poema que comienza igual, y la diferencia de los dos últimos versos no altera el significado, también existe, y es, parece parte de una carta a una tal Martha.
Finalmente, por leer a Cioran, e insistir tanto en este detalle, terminaré siendo experta en Dickinson, de la que conocía alguno poemas en inglés que me envió un amigo.
Y, la primera vez que la oí nombrar, hace mucho tiempo, fue en una canción:
....
And you read your Emily Dickinson,
and I my Robert Frost,
and we note our place with bookmarkers
that measure what we´ve lost.
......
The dangling conversation, Paul Simon

Bien, introducida Dickinson en este laberinto en que sigo vagando, veremos cómo sigo.

Jorgewic dijo...

Querida Ana
Lectoras tan atentas como tú es lo que yo quiero en mis blogs. En efecto, faltaba el preceptivo "no" en la segunda línea.
Besos.