viernes, mayo 26, 2006

Fragmentos del 201 al 220

Reviso de vez en cuando los Veda, los Upanishad. Todos los años tengo algún ataque de hinduísmo.

201 (Pág. 32 – 5)

Si el español sale de lo sublime, resulta ridículo.

202 (Pág. 32 – 6)

Toda la filosofía hindú se reduce al horror, pero no de la muerte, sino del nacimiento.

203 (Pág. 32 – 7)

La única experiencia profunda que he hecho en la vida es la del hastío. No hay en el mundo para mí una “ocupación”, ni lo que se dice una verdadera “diversión”. He dejado atrás mi vida: por eso me resulta imposible suicidarme.

204 (Pág. 32 – 8)


12 de marzo de 1959


Es increíble hasta qué punto todo, pero absolutamente todo, y lo primero las ideas, emana en mi casa de mi fisiología.

205 (Pág. 32 – 9)

Desde hace veinticinco años vivo en hoteles. Eso tiene una ventaja: no se está quieto en ninguna parte, no te apegas a nada, llevas una vida de transeunte. Sensación de estar siempre a punto de partir, percepción de una realidad majestuosamente provisional.

206 (Pág. 32 – 10) (Pág. 33 – 1)


26 de marzo de 1959


¡Segunda gripe en tres meses! Agotamiento extremo, opresión, imposibilidad casi total de respirar. ¿Estoy ya en la cuesta abajo? ¡Con la de años que hace que cargo con mi cuerpo! Si algo he entendido alguna vez en mi vida, se debe a mis males. Siempre he estado medio enfermo, incluso durante los momentos de salud.
Crisis de llanto. Acabo de leer un libro malo sobre Mlle. De Lavallière. La escena de la cena del rey y Mme. de Montespan, antes de partir para el convento, me ha emocionado. Todo me trastorna, es cierto. La extrema debilidad nos separa de todo y, paradójicamente, confiere al mismo tiempo una sensibilidad extraordinaria para las naderías, o para los sucesos pasados y que no tienen ninguna significación directa en nuestra vida. Me enternezco de cualquier cosa, con estremecimientos de niña pequeña. Tal vez también por imposibilidad de llorar por mí mismo.
¡Los nervios destrozados ya a los diecisiete años! ¡Cuesta creerse que haya aguantado hasta hoy!

207 (Pág. 33 – 2)


30 de marzo de 1959


El Mesias de Haendel. Es necesario que el paraíso sea, o al menos que haya existido..., pues, de otra manera, ¿con que rimaría tanta sublimidad?

208 (Pág. 33 – 3)

Campanas de Brujas, vuestro recuerdo remueve en mí vestigios celestiales, me hacéis remontarme a antes de mi caída.

209 (Pág. 33 – 4)

Desde los diecisiete años padezco un mal secreto, inapreciable, pero que ha arruinado mis pensamientos y mis ilusiones: un hormigueo en los nervios, noche y día, que excepto durante las horas de sueño, no me permite un solo momento de olvido. Sensación de padecer un tratamiento sin fin o de una tortura eterna.

210 (Pág. 33 – 5)

He leído demasiado... La lectura ha devorado mi pensamiento. Cuando leo, tengo la impresión de “hacer” algo, de justificarme de cara a la “sociedad”, de tener un empleo, de escapar a la vergüenza de ser un ocioso...., un hombre inútil e inservible.

211 (Pág. 33 – 6)

Se olvidan todos los dolores; pero de ninguna manera se olvida la humillación.

212 (Pág. 33 – 7)

Ayer, el 5 de abril, estuve paseando al mediodía por un pequeño bosque cerca de Trappes, soñando con la venganza, un tema inagotable. No poderse vengar envenena tanto el alma–si no más- que vengarse.
¿Tiene uno derecho a no vengarnse?

213 (Pág. 34 – 1)

Concierto aniversario (cincuenta años) de O. Messiaen. Me encuentro detrás del músico, pero puedo verlo de perfil. Escuchaba religiosamente, sus obras eran todo un universo... para él solamente. Yo escuchaba en otra parte; y pensaba que cada uno de nosotros está enfermo en su propio mundo, y que aquello que se hace no significa nada para los demás. No existimos más que para nuestros enemigos... y para algunos amigos que no nos aman.

214 (Pág. 34 – 2)

Viernes 24 de abril de 1959 . Desde enero prácticamente enfermo; imposilitado para trabajar, oscilo de una enfermedad a otra. Se diria que cada organo espera su turno... La Naturaleza se dedica a experimentar conmigo, y yo me dejo hacer, incapaz de oponerle la menor resistencia. El “manual de buen uso de las enfermedades”..., ¡y ya estoy cerca!

215 (Pág. 34 – 3)

Este invierno, un dia que, postrado por la gripe, contemplaba desde mi cama el cielo más desolado que pueda imaginarse, reparé en dos pajarillos (¿qué podrían ser?) persiguiéndose el uno al otro, en plena caza amorosa sobre ese fondo lúgubre. Un espectáculo así nos reconcilia con la muerte, y puede que también con la vida.

216 (Pág. 34 – 4)

Cambiaría todos los poetas por Emily Dickinson.

217 (Pág. 34 – 5)

Ceno fuera de casa..., y mi “alma” está de funeral.

218 (Pág. 34 – 6)

Diogenes Laercio habla del encanto de la doctrina de Epicuro y de que tenía, por así decirlo, la dulzura de las sirenas.

219 (Pág. 34 – 7)

La tristeza ha destruído todos mis talentos.

220 (Pág. 34 – 8)

9 comentarios:

Anónimo dijo...

El fragmento 218 resulta incomprensible, debe de haber un error de traducción.

Jorgewic dijo...

Efectivamente , querido Luis.

Algún lapsus o jugueteo de las "comillas transcriptivas" o las prisas. Gracias por el aviso.

Saludos

Anónimo dijo...

Pensé que algún demonio habría alterado mi vista la vez anterior, cuando al mirar la página de nuevo no encontré la susodicha errata. Pero, afortunadamente, se trataba de una célere intervención humana (la tuya, claro).

Me alegra poder aportar mi pequeña colaboración, si se puede decir. Y ya que estamos, tengo una lista de erratas que he encontrado leyendo los textos y que convendría corregir si así lo consideras conveniente. Puedo ir señalándolas concretamente o enviarte un email.
Como prefieras.

Jorgewic dijo...

Querido Luis
No sabia yo que tenía lectores tan atentos, así da gusto, haces que el esfuerzo merezca la pena. Por supuesto que estás autorizado para colaborar, desde este momento te nombro vicepresidente del Blog Cioran, con derecho a posteo y réplica, así como su correspondiente gorra, placa y porra en ristre.
Lo mejor es que me indiques en cada post la errata, y así las voy localizando y rectificando, en cada caso. Algunas de las traducciones datan ya de hace tiempo, y ni me acuerdo de si las dejé en su día "para rectificar", o es que simplemente se me colaron (que es lo más probable).

Un abrazo

Anónimo dijo...

Te agradezco el nombramiento y lo acepto con gran regocijo. Es un gran honor para mí colaborar en la traducción de ese manuscrito sagrado. Espero estar a la altura.

Jorgewic dijo...

Querido Luis
Otra vez gracias. Solo dos cosas, la primera supongo que tienes el texto en francés (ese tocho de 1000 paginas) de Gallimard; la segunda, qué tal te defiendes en el idioma vecino; la tercera, porqué no me dejas tu email y concretamos ya más cosas y más cómodamente.
Un abrazo

Anónimo dijo...

Pues me temo que no dispongo del libro original. Mi interés por tu blog radicaba precisamente en dicha carencia.

Contestando a tu otra pregunta: tengo un buen nivel de francés escrito, digamos que me defiendo, aunque lo he abandonado en los últimos años en favor de otros idiomas.

Para cualquier otra cosa que me quieras comentar mi email es : luis.tovar.alvarez@gmail.com

Angel David Revilla dijo...

Gracias, amigo.

Anónimo dijo...

Gracias, amigo.