lunes, mayo 15, 2006

Fragmentos del 121 al 140

24 de junio de 1958


Siento que voy a reconciliarme con la poesía. No puede ser de otra forma: no hago más que pensar en mi mismo...

121 (Pág. 25 – 5)

La abdicación de Carlos V es el momento de la historia más caro a mi corazón. En Yuste viví, literalmente, en compañía del emperador gotoso.

122 (Pág. 25 – 6)

Renunciar a la “conversación de las criaturas”, lo deseo desde hace tiempo, ¡y sólo llega entre tanto raramente, y a trancas y barrancas!

123 (Pág. 25 – 7)

Me defiendo del menosprecio que los hombres tienen a bien dispensarme y sólo les pido un deseo: la de no ser nada a sus ojos.

124 (Pág. 25 – 8)

El Libro según mi alma: una Imitación sin Jesús.

125 (Pág. 25 – 9)

El éxito no llama forzosamente al éxito; pero la desgracia siempre llama a la desgracia . Destino es una palabra que no tiene sentido más que en la desdicha.

126 (Pág. 25 – 10)

¡Poderes del Cielo, que yo muera después del momento en que pueda invocaros, o cuando ya no pueda llamaros más en vida, o cuando la vida misma haya dejado de existir!

127 (Pág. 25 – 11)


25 de junio de 1958


Joven, he pensado tanto en la muerte que, ya viejo, no tengo nada que decirle : un terror frecuentado.

128 (Pág. 25 – 12)


25 de junio de 1958 – 16,00 h.


Sensación de dicha inaudita. ¿De dónde habrá podido venir? ¡Qué misterioso y sinsentido es todo!
Nada hay más enigmático que la alegría.

129 (Pág. 26 – 1)


27 de junio de 1958


La melancolía es el regreso de otro mundo, pero nunca he sabido qué mundo es ése.

130 (Pág. 26 – 2)

Ni el mismo Dios sabría poner fin a mis contradicciones.

131 (Pág. 26 – 3)

He introducido el suspiro en la economía del intelecto.

132 (Pág. 26 – 4)

Por un prúrito de decencia he puesto en sordina mis gritos; sin ella estaría siendo un tipo espantoso para los demás, no menos que para mí.

133 (Pág. 26 – 5)

Yo percibo en mí, a poco que se descienda, las llamadas y desgarramientos del Caos momentos antes de convertirse -o degradarse- en universo...

134 (Pág. 26 – 6)

Ataquemos lo real en su raiz, cambiemosle la composición y el sentido.

135 (Pág. 26 – 7)

X es tan falso e interesado que es incapaz de la menor espontaneidad. Todo en él es premeditación y combinación, se diría que respira por cálculo.

136 (Pág. 26 – 8)

Aporreo un piano desafinado: una oleada de melancolía se derrama sobre mí.

137 (Pág. 26 – 9)
Mi artículo sobre la Utopía, aparecido en el número de julio de la N.R.F., es tan malo que he tenido que acostarme -de desesperación-. No puedo escribir sin excitantes y lo tengo prohibidos. El café es el secreto de todo.

138 (Pág. 26 – 10)

Vertigo inmóvil, pereza sobrenatural.

139 (Pág. 26 – 11)

Decir a todas las cosas un no fulgurante, contribuir de la mejor manera al desarrollo de la perplejidad general.

140 (Pág. 26 – 12)

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