lunes, noviembre 17, 2008

Fragmentos del 1661 al 1680

Mengano dice: Yo no odio a nadie..., salvo a X. Y basta con eso, es como si odiara ya a todo el mundo. Acumula en su interior entonces tanto veneno como el que detesta a todo el mundo, indistintamente.

1661 (Pág. 198 – 2)

Retractaciones..., me encanta este título de San Agustín, que halaga la pasión que siento por renegar.

1662 (Pág. 198 – 3)

¡Es increíble hasta qué punto es poético el invierno!

1663 (Pág. 198 – 4)

El orgullo en un alemán es insoportable: siempre agresivo, sin matices. Le pasa incluso a los más grandes. ¡Qué lástima que esta nación sea inaccesible al escepticismo! (Puede ser nihilista, pero nunca escéptica) . La filosofía desarrolla el orgullo, y además lo torna presumido: ¿cómo construir un sistema, cómo pensar siquiera en la idea de construirlo, sin tomarlo por un dios?
Sólo aguanto el orgullo entre los réprobos, los desheredados, los inválidos.

1664 (Pág. 198 – 5)

Releo algunos poemas de Emily Dickinson. Emocionado hasta las lágrimas. Todo lo que de ella emana tiene el poder de trastornarme.

1665 (Pág. 198 – 6)

10 de diciembre. Desde mi cama veo pasar un gran pájaro negro, muy oportuno en ese cielo contaminado y opaco.

1666 (Pág. 198 – 7)

El Mesiás, ayer tarde en Pleyel.
La alegría me parece la característica esencial de Haendel, afortundamente exenta de todo rastro de metafísica.

1667 (Pág. 198 – 8)

“Durostor”..., “Silistra”..., esos departamentos del sur de Dobroudja [pertenecientes a Rumanía entre 1913 y 1940] de los cuales sin duda fué el nombre búlgaro lo que más me llamó la atención con seis años cuando entré en la escuela primaria en Rasinari..., y cuya existencia de repente me viene a la memoria, mientras me veo subiendo la calle para ir a clase. ¡Esto ocurrió hace ahora “exactamente” cuarenta y seis años!

1668 (Pág. 198 – 9)

Es tranquilizador que a la postre vivamos sin que nadie adivine ni la suma ni la intensidad de nuestros sufrimientos. Sólo así nuestra soledad será preservada para siempre.

1669 (Pág. 198 – 10)

Haworth... (creo haberlo dicho) es, de todas las zonas montañosas que he visitado, la que más me ha conmovido.

1670 (Pág. 199 – 1)

Una sonrisa exterminadora.

1671 (Pág. 199 – 2)

No es necesario que acabes en la cruz, porque has nacido ya crucificado.
11 de diciembre de 1963.

1672 (Pág. 199 – 3)


11 de diciembre de 1963. Una locura en sus proporciones y ensoñación.
Después del asesinato de su esposo, Jacqueline Kennedy me dió un telefonazo. Un paseo por el bosque (el de Sénart). Discusiones apasionadas, alegría, etc.
Stalin, Roosevelt y Churchill vienen a verme a mi habitación del hotel, tras la conferencia de Yalta, para pedirme excusas por no haberme consultado antes sus propuestas.
(Ver también el sueño sobre el asesinato de la reina de Inglaterra).

1673 (Pág. 199 – 4)

En una de las primeras cavernas descubierta en la región de Lascaux se encontraron tres esqueletos, de los cuales uno tenía el cráneo roto. Incluso en las épocas en que el hombre escaseaba, los conflictos y las pasiones eran sin duda apenas sólo un poco menos exasperadas que hoy día. La historia de Caín y Abel prefigura (en un atajo definitivo) toda la historia humana.
... Sin embargo, sigo creyendo que el hombre era entonces más “feliz” que ahora. Estoy incluso seguro de ello.

1674 (Pág. 199 – 5)

No se puede vivir ni con los dioses, ni sin ellos.

1675 (Pág. 199 – 6)

El Hombre del Hastío.

1676 (Pág. 199 – 7)

Percibo a cada instante con una agudeza a ratos helada, a ratos alucinante, el no-ser de la carne.

1677 (Pág. 199 – 8)

Las melodías que improvisadamente surgen de nosotros testimonian contra la majestad de la vida.

1678 (Pág. 199 – 9)

Mañana fúnebre y cantarina. Un poema muere conmigo.

1679 (Pág. 199 – 10)

Mi paradoja consiste en ser un obseso cuyo espíritu no llega a fijarse. El caos en torno a los mismos temas.

1680 (Pág. 199 – 11)

1 comentario:

José Luis dijo...

Gracias por tu trabajo. Un saludo.