viernes, julio 07, 2006

Fragmentos del 421 al 440

Me arrastro días tras día por un pequeño trozo de espacio, al margen del universo, en medio de una infinidad de mudas palabras .

421 (Pág. 56 – 4)

Ama nesciri (Imitación de Jesucristo): ama ser ignorado. No son felices más que aquellos que tienen la sensatez de conformarse con este precepto.

422 (Pág. 56 – 5)

¡Este universo tan magistralmente fracasado! Es lo que me digo a menudo, para consolarme, en mis momentos de confianza y de optimismo.

423 (Pág. 56 – 6)

He sufrido demasiado como para sentir de verdad grandes pasiones. Mis males han ocupado ese lugar.

424 (Pág. 56 – 7)

Dejando a un lado los sueños de la noche y los momentos de alelamiento de la jornada, mis incomodidades me han reducido a una contínua reflexión sobre la edad y acorralado en una especie de automatismo de la conciencia, con todo lo que ello pueda tener de repulsivo y horrible. En sueños he vivido en la anti-vida.

425 (Pág. 56 – 8)

Soy un obseso, no cabe duda, y sin embargo, no me gustan los espíritus insistentes.

426 (Pág. 56 – 9)

Imaginar los milagros, poseer la facultad de hacerlos, ser un taumaturgo...
¡Escribir, qué decadencia!

426 (Pág. 56 – 10)

Si odio a los occidentales, es porque aman a quienes les detestan. ¡Qué increíble sed de destrucción! ¡El paraíso en medio de los cadáveres!

427 (Pág. 56 – 11)

Fervor demoníaco, tal es el matiz de mi religiosidad.

428 (Pág. 56 – 12)

No trabajar nunca sobre lo esencial, conducirse como si hubiera de presentar cuentas a un dios inteligente, llevar el afán de probidad intelectual hasta la manía del escrúpulo.

429 (Pág. 57 – 1)

No escribas nada que te haga enrojecer en los momentos de supremam soledad. La muerte antes que trampa o la vergüenza.

430 (Pág. 57 – 2)

Sé cínico en todos los aspectos, salvo en lo que respecta a la imagen ideal de tus obligaciones espírituales.

431 (Pág. 57 – 3)

¡Qué conflictos internos, qué retortijones cuando se asume una pose noble! La valentía de aceptar con naturalidad las propias villanías es rara, e incluso imposible.

432 (Pág. 57 – 4)

Creer únicamente en lo absoluto, y reconocerlo, detectar en uno mismo todas las tentaciones y las miserias de un espíritu frívolo.

433 (Pág. 57 – 5)

X..., ¿porqué está loco? Porque nunca disfraza, no puede disfrazar su primera intención. Todo en él se encuentra en estado bruto, evoca el impudor de la verdadera naturaleza.

434 (Pág. 57 – 6)

R. en Arts intenta presentarme a través de mis lecturas. Le replico que soy el resultado de mis limitaciones, y que hubiera sido el mismo incluso auque no hubiera escrito ningún libro. Mi visión de las cosas precede a mi formación intelectual. Lo que realmente soy, lo he sido siempre, aunque me hubiera quedado en mi poblacho.

435 (Pág. 57 – 7)

Dolor de cabeza, sensación de estupidez, sinusitis, orejas ardiendo, etc..., todos los años la misma historia. Ahí es donde hay que buscar la explicación de mi Odisea por el Rencor.

436 (Pág. 57 – 8)

Tengo la apariencia del santo y el fondo del enfermo. Y como en los demás no se percibe otra cosa que la apariencia, se me cree insincero o un individuo que se sacrifica a la moda.

437 (Pág. 57 – 9)

Los viejos hacen bien en criticarlo todo, en echar de menos las revueltas costumbres, el estilo de vida de su época. El presente y el futuro valen siempre menos que el pasado, el cual, sin embargo, ni valía ni era querido...
No se sabe ni porqué ni hacia dónde se avanza. En esa doble ignorancia está toda la historia.

438 (Pág. 57 – 10)

Las “inquietudes” son el mayor obstáculo a la penetración, al avance metafísico del hombre. De ahí la necesidad del celibato, del áscesis, etc., si se quiere hacer presa en lo absoluto.

439 (Pág. 58 – 1)

Infinito es el poder del hombre capaz de renunciar. Todo deseo vencido se vuelve poderoso y crece en la medida en que contradice sus apetitos naturales. Todo lo que no es victoria sobre uno mismo es derrota.

440 (Pág. 58 – 2)

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